lunes, 22 de junio de 2015

Por caminos que no conoces

"Quería ser artista, pero por avatares de la vida acabó siendo fotógrafa..." Así comenzaba la visita guiada del museo, y al oirla pense: ¿cuántas grandes historias empiezan con un aparente "fracaso"?  Esa mujer, que nunca pensó en ser fotografa, era la autora de la exposición que íbamos a ver. ¡Y así sucede en la vida! Caminamos... muchas veces sin saber hacia donde. No siempre podemos elegir el camino a tomar, ni los caminos que decidimos tomar nos llevan siempre a donde esperábamos.
Miro hacia atrás y descubro que hay muchos caminos que no elegí; muchos de ellos, de hecho, habría elegido no recorrerlos y me fueron dados. Otras veces me equivoqué, otras me paré, me di la vuelta, retrocedí, tome atajos o me perdí. Unos fueron bonitos, otros tuvieron sentido, otros fueron fríos o duros... ¿de qué sirve clasificarlos? El caso es que estoy donde estoy por ellos.
Dicen que en la vida no se eligen las cartas que te tocan, solo decides cómo jugarlas. Yo añadiría que a veces apenas se te da opción a cómo hacerlo; otras se te pide hacer la jugada antes de dominar todas las reglas del juego; en otras te equivocas, en otras tus cartas cambian cuando menos te lo esperas... y en la vida no existe el "tiempo muerto".
El caso es que se sigue caminando, el caso es que en ese camino va y viene gente que ayuda a darle sentido; el caso es que quizás sea mejor así, porque si siempre pudiéramos decidir nuestra vida ésta nunca sería más grande que aquello que podemos imaginar. ¡¡Menos mal que no es así!!
Y sí, hay momentos en los que querrías que las cosas fueran distintas a como son, pero también es verdad que hay otros en los que la vida te sorprende, y tienes que dar gracias por ello. Porque la realidad siempre supera la ficción, si te dejas sorprender y permaneces el tiempo suficiente para verlo...
Disfrutando de una noche de verano, me pregunto.. ¿y cuando nada parece tener sentido, qué se hace mientras? Y sí, nos asusta lo q no conocemos, o cuando tenemos que caminar y nos vemos ciegos... y no hay ninguna receta mágica para hacerlo. Pero ahí está el camino. Y sin dejar de disfrutar del camino que recorres, sigues caminando.