viernes, 16 de diciembre de 2016

La otra visión de LA TORTUGA Y LA LIEBRE

Siempre se ha dicho que la tortuga es la buena de esta historia, la liebre la perezosa... y no he conocido aún a nadie que se haya revelado contra ello. La tortuga es la buena, porque logra el objetivo: gana. La liebre la mala, porque "pierde el tiempo".

Entiendo la fábula, y no voy a meterme en discusiones al respecto... sólo quiero dar otra visión, ni mejor ni peor. Otra. Hablo por hablar.

Se nos enseña a medirnos por nuestros logros. "La tortuga es la buena porque logra su objetivo". "Hay que trabajar con constancia, esfuerzo y tesón para lograrlo". "No debes apartarte del camino que lleva a tu meta". No digo yo que no. No estoy infravalorando el esfuerzo. Pero quedarse en ello probablemente sea una visión muy infantil de este concepto.

Yo me pregunto... ¿qué hizo la liebre durante el camino? Si se echó a dormir quizás le pudo el ego, la sensación de superioridad... y probablemente siga reprochándoselo a sí misma (o no...) ¿Y si aprovechó la coyuntura para ir a ver a un familiar que se sentía sólo? O... ¿si tenía hijos pequeños a los que fue a atender? O si sí, decidió irse a dormir, porque necesitaba descansar y realmente la carrera no era algo tan importante para ella. ¿Habría sido "la buena" si hubiera corrido desde el principio, dejando en evidencia a la tortuga? Quizás quedó admirada por el coraje de esta, y decidió darle ventaja: porque se lo merecía, por valiente y por atreverse. Porque queda poca gente con esas agallas en el mundo y merecen ser ensalzadas, no aplastadas. O quizás sí, fue una engreída, y tras esto su vida dió un giro radical. ¿Quién sabe?

Sí, estoy saliente de guardia. Puedes decir que estoy planteando algo muy enrevesado debido a este estado de enajenación mental transitoria y seguir tan tranquilo con tu vida. O puedes plantearte, aunque sea solo plantearte, si no se nos está vendiendo una estructura de pensamiento en la cual la sociedad/la gente a la que queremos/nosotros mismos/nuestros miedos (o quien sea...) nos inculca unos logros que debemos conseguir, y nuestra autoestima depende de ellos.

Juzgamos rápido, simplificando mucho. ¿Tú qué sabes del modo de actuar del que tienes al lado? Le juzgas por el resultado de sus acciones. ¿Sabes qué hay detrás de su modo de actuar? ¿Conoces sus motivaciones? ¿Todo lo que rodea a ello? ¿¿Eres esa persona??

En el fondo, es a nosotros mismos a quien muchas veces más duramente juzgamos. Nos medimos por los logros... ¿Y te has planteado lo que te llevas en el camino? ¿Qué has aprendido? Sólo tú conoces las curvas, subidas y bajadas que ha habido. Existen logros estériles, y fracasos que dan mucho fruto.

PD: Mis más sinceros respetos a la tortuga del cuento. Que conste mi admiración por todas aquellas "tortugas", aquellos catalogados como "incapaces" para algo que deciden atreverse, salir de su zona de confort, y no conformarse; a aquellos que luchan con tesón  y constancia; a aquellos que son héroes de la persistencia y del trabajo granito a granito de arena. Me quito el sombrero por ello. Dicho sea de paso... no tendría menor valor la tortuga si hubiera perdido. Aunque no habría habido cuento. No habría sido "bonito". Aunque de ella se hubieran reído. El coraje habría sido el mismo. Seguiría siendo una ganadaora, una luchadora. Una guerrera.

¿Qué opináis?


TARZÁN...

 ¿Como encontrarse a gusto en el lugar que te corresponde? ¿Qué pasa cuando tu corzón está en otro? ¿Qué pasa cuando tus ojos han aprendido a ver la belleza de otra tierra? ¿Y qué cuando tu inmadurez se mezcla con desadaptación a un mundo cuyas reglas no consigues interiorizar?

Entonces... ¿quién eres? ¿Eres capaz de ver la belleza de algún lugar, de apreciarla de un modo especial? Quizás ahí estén tus raíces. Puede que el tiempo te lleve a otra parte...los caminos dan muchas vueltas. Pero conoce ese suelo y respétalo... es el que da vida a lo que eres. Es donde aún siguen tus raíces.