miércoles, 20 de abril de 2016

La belleza de la Pascua... y de Tetuán

¿Como explicar la belleza de la noche de pascua? Tan llena de signos, significados, contenido...
Para variar, llego tarde (terminar de ordenar el botiquín me lleva más tiempo del esperado...) Llego al templo: las luces apagadas, todo negro a mi alrededor... Hasta que al fondo se prende una hoguera, hoguera que destaca en la oscuridad; de ahí se enciende una vela grande, el cirio pascual, y ese fuego que se propaga de vela en vela... se pasa de unos a otros, y el templo se llena de pequeñas luces que avanzan hacia el altar. Aquí en Tetuán no hay mucha gente, pero esas luces alumbran... la gente camina hacia la cabecera de la Iglesia... y se respira esa alegría aún contenida...

Despues se leen lecturas que cuenta la historia de Dios, historia de amor y promesas; se cuenta su creación, como por amor nos hizo, la liberación de la esclavitud, su amor por nosotros, la promesa de fecundidad que hizo a Abrahan, y la promesa de un Salvador... Para quien escuche con atención, son lecturas que llegan al corazón. ¿Quién no espera eso dentro de sí? No puedo evitar hacer mías esas promesas, de amor, liberación, salvación, esperanza, fecundidad... Es noche de silencio, de silencio y esperanza... esperanza que alimenta las ganas de seguir luchando, de seguir creyendo, de seguir apostando por el ser humano, de no renidirse nunca... Noche de consuelo, de buen y viejo amigo que aparece inesperadamente cuando uno más sólo está, de padre que se encuentra con su hijo, de madre que en un abrazo sostiene... abrazo que dice en silencio "lo sé, lo sé, reconozco tu sufrimiento, tu frustración, soy testigo de tus luchas...lo sé..." Y más. NO HAY PALABRAS... sólo quien a punto de rendirse haya encontrado un abrazo que le sostenga sabrá a qué me refiero. Lloraría hasta quedarme sin lágrimas en ese abrazo, que descansa y refresca, como brisa suave en medio de la abrasadora realidad.

En las lecturas se llega a la Encarnación, Dios que quiso hacerse hombre, pequeño como yo.... y a cada lectura de responden con salmos cantados, que reconocen y alaban esta bondad, melodías claras que podrían tocarse en esa oscuridad. Todos cantan la antífona en respuesta... y el templo se llena de voces. Por último se narra el misterio de la Resurreccion: Cristo ha vencido a la Muerte... y a nuestras muertes. Dar la vida no cae en saco roto; hay alegría. No estamos solos. Todas las luces se encienden, la oscuridad da paso a la claridad, y se canta el gloria, se proclama la paz, se alaba a Dios... se expresa alegría y gozo. Dios ha vencido. Y nosotros respondemos reconociéndolo. Dan ganas de saltar de alegría.

¿Como expresar la belleza del pregon Pascual? Me sobrecoge, de verdad, cada vez que lo escucho. 

Se renuevan las promesas del Bautismo, se reconoce nuestro credo, en Dios Padre, Todopoderoso, Creador, Señor; y de JesuCristo su hijo... y se renuncia al mal, y se expresa el deseo de seguir a Cristo.

¡Cuantas verdades se dicen en ese día! Y se vuelve a consagrar, y se comulga... y todo lo narrado vuelve a hacerse realidad en cada uno. Es día de fiesta, como no hay otro igual en el año. Y este año lo pasé en una pequeña comunidad cristiana en medio de Tetuán... y con mucha gente en el corazón, que aunque no me acompañe físicamente no puedo tenerla más presente. Mi familia, amigos, gente que se cruzó en mi camino y de un modo u otro tocó mi vida; nuevos amigos musulmanes con los que día a día trabajo, pacientes, niños... de esos que roban un pedazo de tu corazón y ponen un trocito de ellos en ti. Ellos también celebran su fe, aunque yo también sea ajena a cada llamada a la oración de noche, esas que mi sueño profundo me impide oir. Si oigo como en las otras 4 llamadas diarias la ciudad se envuelve por ellas, y me sobrecoge la emoción. No se árabe, pero existe un lenguaje universal:el del amor... y estos días me han querido de verdad, y yo he amado de verdad.

¿Fronteras? Mejor romperlas.  Las que sean. Mejor hacer puentes. Mejor sembrar paz... Soy feliz. Guardo muchas cosas en el corazón, que aun deben reposar... pero soy feliz. Ahórrense comentarios los que vengan a decirme que es que no entiendo nada, que soy una ingenua, o cualquier cosa similar. Yo sólo relato lo que he visto y vivido, y pongo palabras a lo que siento, aunque me quede grande, como una niña pequeña que por una rendija curiosea lo que hablan y hacen los mayores. Y sí, soy feliz: "ana fahana" en árabe... o como se escriba. :) Una de las pocas cosas que aprendí a decir (por pura necesidad de expresarlo), que ni siquiera sé escribir... pero que es real.


Pequeña

A veces me canso. A veces me siento pequeña en un mundo muy grande... pequeña luchando contra montañas... o al menos tratando de subirlas. Duelen las manos, los pies, se cansan los brazos... como en un ascenso cualquiera de escalada.. pero sin cuerda. No sé. No entiendo. No veo.

No quiero decir nada (y aún así escribo...) Estoy en tablas. Sí, soy pequeña. Sí, no llego; sí, no sé... Tampoco es que yo haya elegido lo que me toca vivir. No siempre jugaré mis cartas del todo bien... pero es que tampoco hay opción de pausar la partida.

Sí, hace mucho que no escribo. Pretendía hacerlo ahora, pero... mejor no. No quiero decir nada. Quiero vivir.. vivir sin más. No tengo palabras. Me gusta mi vida, aunque me quede grande. No tengo nada que decir sobre ella ahora mismo, no puedo aportar nada al respecto. Me descalzo ante ella, que es más grande que yo... En gimnasia rítmica te descalifican si tu ejercicio es de un nivel diferente al que compites, alto o bajo... aquí no. Mi vida es un nivel por encima de lo que yo soy capaz, ¡pero aquí estoy! Asombrada, afortunada, desconcertada. ¿Cómo haré, pues, para vivirla? No lo sé... pero no importa. He ahí la paradoja... la vida sale. La vida se abre camino. La vida encuentra soluciones. Eso sí, no la vida pensada, la vida.... vivida.

¿La clave? Seguir, no rendirse, confiar, creer, caminar, parar, mirar, disfrutar, compartir, acoger, amar, perdonar, frustrarse, preguntarse y preguntar, aprender, reír, llorar, equivocarse... SER.

Sigo pensando que soy muy afortunada. Aunque a veces me desespere, con la vida y conmigo misma.

Me pregunto cuánta gente no entenderá muchas cosas de mi vida...
¡Bienvenidos sean! A esos les confieso... que yo tampoco. ;)