sábado, 12 de septiembre de 2015

Pasarse el testigo

Cuando empiezas medicina en la UAM hay (o al menos había cuando yo empecé) un "sistema de tutores", es decir,  estudiantes de segundo curso que se ofrecían voluntarios se "hacían cargo" de grupos de 2-4 estudiantes. Su función era orientarles, resolver dudas, pasar apuntes, recomendar libros... Puede que realmente no necesitase mucho a las que fueron mis tutoras, pero no negaré que fueron un apoyo importante: me encontraba con ellas por los pasillos, nos preguntaban cómo íbamos... simplemente las veíamos, estaban allí; nos sentíamos cómodas conociendo a gente de cursos superiores, iban por delante de nosotras pero por el mismo camino.

Yo también fui tutora cuando me llegó el turno, obviamente, y eso fue solo el principio: cuando entras por primera vez al hospital, completamente perdido y desorientado, siempre terminas encontrando un estudiante mayor que te guíe; fue un residente quien me consiguió un pijama la primera vez que entré a quirófano, un auxiliar quien me enseñó a lavarme, una enfermera quien respondió por mí a la pregunta de "¿qué talla de guantes usas?". Fue un estudiante de un curso superior (que estaba allí por casualidad) el que puso la hoja del bisturí en su sitio la primera vez que me tocó preparar sola una practica de anatomía, una opositora MIR la que me dió ánimos el primer verano que tuve que pasar íntegro estudiado, y mi compañera de clase la que hacía soportable e incluso divertidas esas interminables horas de repaso en disección... y la lista es interminable.
Así vas aprendiendo, y así vas enseñando; humildemente y sin creerte más que nadie, poco a poco unos vais tirando de los otros en esta escalada hacia la meta de convertirse en médicos. Cuando quieres dar cuenta, eres tú ese estudiante que ayuda en disección al de un año menos, el que guía por el hospital al de tercero, la opositora MIR que anima en la biblioteca a la estudiante en sus recuperaciones...

He tenido malos y buenos profesores, pero seria injusto decir que sólo han sido ellos los que me han enseñado; de hecho, el recuerdo de esos otros "profesores" extraoficiales que han ido tirando de mí es hoy estimulo para seguir adelante. En esta escalada, tú tiras de los que van por detrás, y los que van por delante tiran de tí. Si es cierta esa parte del Juramento Hipocrático, ¿por qué no iba a serlo también el resto? ¿Por qué no iban a tener razón también los residentes y médicos que me dicen que siga, que esto merece la pena? ¡¡Así que lo dicho!! Mucho ánimo a los que vais por este camino.

...si quieren aprender la ciencia, se la enseñaré desinteresadamente
y sin ningún género de recompensa.
..
JURAMENTO HIPOCRÁTICO

...Conservaré a mis maestros el respeto y el reconocimiento del que son acreedores...
CONVENCIÓN DE GINEBRA


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