viernes, 31 de julio de 2015

El hombre que decidió olvidar su corazón

Nadie sabe cómo lo hizo. Dicen que su corazón lloró hasta que de cansancio se durmió. Fue entonces cuando pensó que no le quedaba otra solución: lo cogió, lo envolvió en miedo y lo guardó en un cajón. Fabricó siete candados y tiró las siete llaves. Lo cubrió de olvido y salió silenciosamente de la habitación, cerrando con cuidado la puerta tras de sí... no quería despertarlo. Cuando la puerta se cerró dejó de oírlo latir. Se dejó caer, deslizándose por la pared hasta el suelo, y así se quedó un rato: los ojos vidriosos, la mirada perdida, y en el horizonte la razón. Se levantó tambaleándose, pero no titubeó. No miró hacia atrás al empezar a caminar. Hoy se reirá mientras te cuenta la historia, como si de un cuento más se tratara... no te dejes engañar: si se atreviera a ser sincero te diría que no es una historia; si fuera sincero te confesaría que, aunque a lo lejos, hay momentos en los que aún le oye susurrar...

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