martes, 28 de julio de 2015

Puentes

Puentes. Enlaces. Transiciones.
Momentos de la vida en los que el motivo por el que avanzar consiste en llegar a otro lugar, tiempo en el que los medios se convierten en el fin, circunstancias en las que la niebla que todo lo envuelve te obliga a seguir el camino emprendido y confiar en que escogiste la dirección adecuada.
Te cansas y paras, pero bien sabes que no tardarás en volver a echar a andar: el camino está por delante y lo mejor aún por llegar.

Con el MIR a veces sucede esto: 8 horas de tu día estudiando hacen que tu día a día pase entre manuales, apuntes, enfermedades y conceptos teóricos, y la vida "real" quede un poco... relegada a segundo plano.

Cansada todo se ve más negro... "Tranquila -te dices- no existe el puente eterno". De hecho, un enlace se caracteriza justamente por eso: porque acaba en otra parte. Y con esta convicción te animas a continuar. ¿No consiste en eso la esperanza?


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