Pequeño gran saliente en el que me quedé en el hospital hasta las 13:00. Guardia ayer, calmada, disfrutona y cansada. Día simple hoy, lleno de cosas, en el que disfrutar de las grandezas de la rutina. Pacientes antiguos que reaparecen, nuevos pacientes con enfermedades antiguas...
Encontrar mi sitio poco a poco. Luchar por avanzar, pero aceptar donde estoy. Café oscuro y amargo en la mano, libro de montaña, tareas financieras pendientes, entreno próximo, cansancio y mucho que estudiar. Todo a la vez. Enamorada y sola en mi casa. Independiente y pendiente de la gente. Imperfecta y feliz. Humilde y atrevida.
¿Qué más voy a decir?
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